Son dietas utilizadas en el ámbito hospitalario y ambulatorio, en pacientes con situaciones específicas que necesitan un cambio en la textura de su dieta o una mínima estimulación gastrointestinal. Existen varios tipos:
- Dieta líquida: está compuesta por alimentos líquidos a temperatura ambiente, que sirven para aportar electrolitos y fluidos. Se debe valorar la tolerancia digestiva para que la dieta llegue poco a poco a la normalidad. Esta dieta está indicada para:
- La transición entre la alimentación parenteral o sueroterapia y el inicio de la alimentación oral.
- Para la preparación de una exploración gastrointestinal o una cirugía intestinal.
- Para la mejora de pacientes con procesos digestivos agudos.
- Después de una cirugía del aparato digestivo
- En pacientes incapaces de masticar, deglutir o digerir alimentos sólidos
- Dieta semisólida: Son dietas en las que la textura de los alimentos es tipo puré. Son el paso siguiente a las dietas líquidas. Se componen de alimentos sólidos triturados y mezclados con líquidos.
- Dieta blanda: se utiliza en el tránsito entre la dieta líquida o la semisólida al inicio de la basal. Es recomendada en problemas relacionados con el aparato digestivo. En general suele ser baja en grasa, baja en fibra y sin azúcar.
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