viernes, 21 de octubre de 2016

MALTRATO A LAS BACTERIAS DEL INTESTINO


En esta entrada vamos a hablar de una de las preguntas que muchos nos hacemos a diario: ¿por qué yo, comiendo lo mismo, engordo más que otras personas?

Por todos es sabido que una buena alimentación y ejercicio regular ayudan a luchar contra la obesidad y el sobrepeso, pero parece ser que en la respuesta a nuestra pregunta juega un papel crucial la flora intestinal.





Francisco Tinahones, un experto en endocrinología, ha afirmado que “en las últimas décadas hemos maltratado a las bacterias intestinales”. Entre las causas encontramos factores que a simple vista han ayudado y mejorado la salud, pero que en realidad están día a día destrozando nuestra microbiota, por ejemplo, el uso abusivo de antibióticos o el exceso de higiene. Otros factores son ambientales, como la disminución del número de miembros en las familias, el descenso de la lactancia materna o el aumento de cesáreas en las que el bebé no recoge las bacterias de la vagina de la madre.

Por otra parte, parece ser que, enfermedades como la diabetes o la obesidad dañan también la flora intestinal. En el caso de la obesidad, mata a las bacterias que son capaces de digerir alimentos que en otras circunstancias son indigeribles u, otra de las opciones que barajan los expertos, es que las bacterias que se están perdiendo son las que estimulan al sistema nervioso para que se produzca una limitación del apetito tras las comidas. Es decir, en ambas teorías, no importa el número de bacterias destruidas, si no, cuales se destruyen.



Es en este punto donde encontramos la respuesta a la pregunta inicial: la alteración de la microbiota podría ser responsable de que las personas generen hasta 150 Kcal de más en su dieta diaria.

Para combatir este problema, se están realizando ya trasplantes experimentales de flora intestinal de personas sanas a personas diabéticas o con sobrepeso, y, ¿en qué consiste esto exactamente? Pues el proceso consiste en recoger heces humanas, separar las bacterias, filtrarlas e introducirlas en el organismo de la otra persona a través de una sonda nasogástrica. De todos modos, como he dicho anteriormente, todo esto está en fase de experimentación y todavía no se realiza como solución definitiva.

Así pues, no podemos todavía echarle toda la culpa a la microbiota, por lo que se debe seguir haciendo hincapié en la nutrición, e incluso darle más importancia para reducir el número de personas obesas o diabéticas. La OMS, por ejemplo, pide a las grandes marcas de bebidas que reduzcan su contenido en azúcar; educar a las personas desde niños para que sigan una buena alimentación es también fundamental como también fomentar buenos hábitos de vida.



Fuentes:  http://www.laopiniondemalaga.es/sociedad/2016/10/20/personas-engordan/883910.html ; http://www.diariosur.es/malaga-capital/201610/20/endocrinologos-relacionan-obesidad-perdida-20161019220835.html .

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