lunes, 14 de noviembre de 2016

ALIMENTACIÓN Y EMBARAZO


Hoy en día nadie duda de la importancia que tiene una alimentación adecuada sobre el curso del embarazo y sobre el desarrollo del feto. Para saber si se está en condiciones de gestación primero tenemos que tener claro cuáles son las necesidades que hay que satisfacer y, además, conocer el estado físico de la mujer antes y durante el embarazo. 

Son muchos los errores y mitos que rodean las recomendaciones alimentarias de la mujer gestante. No es verdad que se deba "comer por dos", ni siquiera que sean necesarios suplementos de algunos nutrientes, que en determinados casos pueden ser tóxicos. Por el contrario, sí es cierto que una mala nutrición de la futura madre puede ocasionar problemas de prematuridad y mortalidad fetal, y que los estados de obesidad también pueden resultar peligrosos para la salud del futuro bebé. 

El buen estado nutricional inicial de la gestante es de suma importancia para un óptimo desarrollo del embarazo.

IMPORTANCIA DEL ESTADO NUTRICIONAL

Está más que demostrado que la situación de malnutrición aguda impide la ovulación imposibilitando así la fecundación. Un caso muy frecuente de amenorrea (pérdida de la menstruación) ocurre entre la población femenina que sufre anorexia. Casos similares se producen como consecuencia de la práctica excesiva de ejercicio físico (gimnastas de élite o atletas en general), que se someten a dietas muy restrictivas en algunos nutrientes. Situaciones de precariedad socioeconómica, con sucesos de hambre mantenida, también pueden ocasionar la pérdida de la menstruación. 

Otros casos de malnutrición no alcanzan el nivel de gravedad suficiente para impedir la concepción, pero sí influye en el desarrollo fetal, con alteraciones, malformaciones y, en ocasiones, puede llegar a provocar abortos. 

En cualquier caso, es evidente que la alimentación y la gestación están muy ligadas en el curso de un embarazo normal. Desde el comienzo del embarazo, la mujer demanda abundancia de alimentos. Este hecho se denomina hiperfagia y suele durar los dos primeros tercios de la gestación, con lo que se inicia el proceso de acumulación de reservas energéticas. Es muy importante que la reserva de energía se lleve a cabo de una forma nutricionalmente adecuada para compensar las necesidades madre-hijo, y así evitar situaciones que puedan alterar el normal desarrollo de un embarazo. Y de que esto sea así, se ocupan las diferentes adaptaciones metabólicas y fisiológicas propias de la gestación. 

EL ESTADO NUTRICIONAL

El control y seguimiento del estado nutricional de la mujer durante la gestación es importante para un óptimo desarrollo del embarazo. 

Habitualmente el encargado del control nutricional es el especialista en nutrición (endocrino-nutriólogo) y el número de visitas durante un embarazo normal suele ser de una vez por trimestre. El especialista debe variar la pauta si hay razones clínicas que lo justifican. 

¿Cómo se controla? 
  • Lo primero que hace el especialista en nutrición es la historia de la gestante.
  • El siguiente paso es conocer cómo se alimenta la gestante, lo que se conoce como Encuesta dietética.  Es muy importante conocer la dieta habitual de la gestante. El objetivo es establecer si cumple con los requerimientos nutricionales para la gestación o si por el contrario la dieta es deficitaria en algún/os macro o micro nutrientes. Por último se debe hacer un seguimiento de los cambios nutricionales. 
En cada una de las visitas periódicas que la gestante realiza a la consulta del especialista en nutrición, debe comentar todos los aspectos que considere anormales o preguntar por aquellos que duda y que se relacionan de una u otra forma con la alimentación. 

Además el médico realizará: 
  • Inspección física: ya se ha comentado la importancia que tiene mantener niveles adecuados de vitaminas y minerales durante la gestación. 
  • Exploración física: el objetivo de esta exploración es controlar el proceso de ganancia de peso durante el embarazo. Uno de los rasgos más característicos durante el embarazo es el aumento de peso, y aunque probablemente es la "única situación en la vida de una mujer en la que ésta no se preocupa por los kilos", sí que preocupa el peso a los médicos que cuidan de ella, del feto y en definitiva de que el embarazo llegue a buen término. 
Otras medidas que ayudan en el control del estado nutricional son la medida del pliegue tripcipital y circunferencia del brazo. Estas mediciones dan idea de la evolución del estado nutricional, independientemente del aumento global de peso que, a veces, puede enmascarar una posible pérdida de peso materno. Por el contrario, un posible edema, sobre todo al final del embarazo, puede enmascarar estas medidas. 

Por todo esto se recomienda hacer todas estas medidas al inicio del embarazo y en las sucesivas consultas de forma que se pueda hacer un seguimiento adecuado. 

  • Analítica completa (pruebas bioquímicas) 

Todas las exploraciones anteriores deben ir acompañadas de una analítica general completa que permita conocer el estado fisiológico de la gestante y su progresiva adecuación a la situación de embarazo. 

Al menos se debe controlar: proteínas totales, albúmina en sangre, BUN en sangre, líquidos totales, colesterol total, glucosa en sangre y orina .

El seguimiento de estos parámetros permitirá al médico conocer el estado fisiológico de la gestante y su capacidad para llevar a cabo el embarazo. Además otras determinaciones relacionadas con las vitaminas, minerales etc., permiten descubrir posibles estados carenciales.   




Fuentes: www.uned.es/pea-nutricion-y-dietetica-I/guia/embarazo/index.htmwww.geosalud.com/Nutricion/nutricion_embarazo.htmhttps://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000584.htm

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