miércoles, 16 de noviembre de 2016

CAUSAS Y TRATAMIENTO DE LA ANEMIA


CAUSAS

La mayor parte de glóbulos rojos se forman en la médula ósea, en concreto en el tejido blando en el centro de los huesos, a pesar de que hay otros sitios en los que se producen.

Los glóbulos rojos sanos duran entre 90 y 120 días. Una vez que están viejos son eliminados por el cuerpo. Una hormona, llamada eritropoyetina, producida en los riñones le da la señal a la médula ósea para producir más glóbulos rojos.
La hemoglobina es la proteína que transporta el oxígeno dentro de los glóbulos rojos y les da su color. Las personas con anemia no tienen suficiente hemoglobina y por tanto el aporte de oxígeno será insuficiente.

El cuerpo necesita ciertas vitaminas, minerales y nutrientes para producir suficientes glóbulos rojos. El hierro, la vitamina B12 y el ácido fólico son 3 de los más importantes. Es posible que el cuerpo no tenga suficiente de estos nutrientes debido a:
  • Cambios en el revestimiento del estómago o los intestinos que afectan a la absorción de nutrientes. 
  • Alimentación deficiente.
  • Cirugía en la que se extirpa parte del estómago o los intestinos.
  • Ciertos medicamentos.
  • Destrucción de glóbulos rojos antes de que sean viejos.
  • Enfermedades prolongadas (crónicas), como cáncer, colitis ulcerativa o artritis reumatoidea.
  • Algunas formas de anemia, como la talasemia o anemia drepanocítica, que pueden ser hereditarias.
  • Embarazo.
  • Problemas con la médula ósea, como linfoma, leucemia, mielodisplasia, mieloma múltiple o anemia aplásica.
  • Pérdida lenta de sangre (por períodos menstruales intensos o úlceras estomacales)
  • Pérdida súbita de mucha sangre.
TRATAMIENTO

La anemia puede ser causa de muchas y diversas enfermedades, por lo que es imprescindible llegar previamente a un diagnóstico antes de realizar ningún tratamiento.

Hay algunos casos en los que la anemia brusca puede suponer un riesgo para la vida de la persona cuyo tratamiento serán transfusiones de concentrados de hematíes.

En los otros casos, se debe conocer primero la causa de la anemia antes de aplicar ningún tipo de tratamiento. Las anemias por déficit de hierro, ácido fólico o vitamina B12 se corrigen aportando alimentos ricos en estas sustancias. Las anemias secundarias a enfermedades inflamatorias crónicas suelen mejorar con el tratamiento eficaz de la enfermedad que las causa.

Últimamente, se están usando los factores de crecimiento como la eritropoyetina para tratarlas.

Si la anemia es grave, el médico recomienda una intervención médica. Entre ellas están: 
  • Transfusión de sangre: las transfusiones de sangre son intervenciones seguras y muy comunes en las que una persona recibe sangre a través de una línea intravenosa colocada en uno de sus vasos sanguíneos. Para realizar una transfusión es necesario hacer pruebas para garantizar que la sangre del donante sea compatible con la sangre del receptor. 

  • Trasplante de células madre de la sangre y la médula ósea: en el trasplante de células madre de sangre y médula ósea se reemplazan las células madre defectuosas de una persona (un receptor) por células sanas de otra persona (un donante). Las células madre se producen en la médula ósea. Allí se transforman en glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Durante el trasplante, que es como una transfusión de sangre, el receptor recibe las células madre del donante por un tubo que se le ha puesto en una vena del pecho. Cuando las células madre están en el cuerpo del receptor, van hasta la médula ósea y comienzan a producir nuevas células de la sangre. 

  • Cirugía: si hay una hemorragia grave o potencialmente mortal que esté causando anemia, es posible que se necesite cirugía para controlar el sangrado causado por una úlcera estomacal o por cáncer de colon.

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